A medida que transcurren los años, en teoría, y sin ahondar en qué se entiende por madurar y conceptos similares y/o relacionados, las personas van adquiriendo experiencias de forma que éstas le permiten ver a las situaciones con unas perspectiva más cercana a la ideal, si se quiere. Es entonces, que surgen diferencias con las personas más jóvenes, aquellas que no han vivido tanto -aún- y que son objeto de consejos, recomendaciones, órdenes por qué no. Por contrapartida, las personas entradas en años, también son víctimas de críticas de los jóvenes.
Es entonces que surge el conflicto entre el hacer caso a las recomendaciones, o adquirir conocimientos por la experiencia del error propio. La mayoría de las recomendaciones de personas adentradas en años, son bien intencionadas y verdaderas. Pero nada se compara a la experiencia de vida propia, ya que lo que se saca de ésta, casi que no lo quita nadie.
Creo que en estos momentos, y por estos lares, se escucha poco a quienes tienen mayor camino recorrido. No es una defensa a ellos, ya que el ser mayor no es condición suficiente para tener algo de sabiduría, pero si creo yo condición necesaria. Y a partir del no tomar la palabra de nuestros mayores, que no necesariamente deben ser padres, ni siquiera familia, es que se genera un desarraigo de valores que no deberían faltar, como el respeto, el valor de la palabra dada, la solidaridad, etc., que considero fundamental para una evolución real de la especie. Después, si a tus viejos no les gusta que te hagas un tatuaje cuando tenés 15 años, esa es otra historia, me refiero a aspectos fundamentales que forjan el futuro.
De igual manera, muchas veces la persona con muchos años de vida olvida que para cada cosa hay un tiempo, y que no se puede ser un hombre o mujer, si no se fue un niño/a y adolescente antes. Que muchas veces tenemos que cometer los errores a pesar de consejos, porque de lo contrario si no tropezamos a causa de nuestra ignorancia, no podemos ver la realidad.
A veces, las perspectiva más real que te dan los años para darle el valor adecuado a cada cosa y ponerla en su lugar, puede estar un tanto tapada por un manto de olvido.
Es entonces que surge el conflicto entre el hacer caso a las recomendaciones, o adquirir conocimientos por la experiencia del error propio. La mayoría de las recomendaciones de personas adentradas en años, son bien intencionadas y verdaderas. Pero nada se compara a la experiencia de vida propia, ya que lo que se saca de ésta, casi que no lo quita nadie.
Creo que en estos momentos, y por estos lares, se escucha poco a quienes tienen mayor camino recorrido. No es una defensa a ellos, ya que el ser mayor no es condición suficiente para tener algo de sabiduría, pero si creo yo condición necesaria. Y a partir del no tomar la palabra de nuestros mayores, que no necesariamente deben ser padres, ni siquiera familia, es que se genera un desarraigo de valores que no deberían faltar, como el respeto, el valor de la palabra dada, la solidaridad, etc., que considero fundamental para una evolución real de la especie. Después, si a tus viejos no les gusta que te hagas un tatuaje cuando tenés 15 años, esa es otra historia, me refiero a aspectos fundamentales que forjan el futuro.
De igual manera, muchas veces la persona con muchos años de vida olvida que para cada cosa hay un tiempo, y que no se puede ser un hombre o mujer, si no se fue un niño/a y adolescente antes. Que muchas veces tenemos que cometer los errores a pesar de consejos, porque de lo contrario si no tropezamos a causa de nuestra ignorancia, no podemos ver la realidad.
A veces, las perspectiva más real que te dan los años para darle el valor adecuado a cada cosa y ponerla en su lugar, puede estar un tanto tapada por un manto de olvido.